A lo largo de la historia la vulnerabilidad la crea y la sostiene el poder, la avaricia, el dinero, el capital. Por ende las personas vulnerables no viven en el Vaticano, en palacetes obispales, en la zarzuela o en barrios residenciales acompañados de jardines, piscinas, gimnasio y personal de servicio en general internas e internos. Tomemos notas, que no sean siempre las hijas y los hijos de las pobres y los pobres a quienes llaman voluntari@s para las guerras, que no sean las hijas y los hijos de la pobreza quienes pierden sus casas por una tormenta o un vendaval, que no sea siempre el pueblo el que pierde la salud teniéndose que jubilar hoy con más de 65 años, trabajando, y más de 35 cotizados. Este sistema tiene que cambiar después de esta pandemia del primer cuarto del siglo XXI, tiene que ser un antes y un después de la reforma laboral del 2012. Tenemos que blindar la Constitución Española para que la sanidad, la educación y la vivienda sean públicas, y tiene que ser un antes de un después, en el que nos jubilemos a los 61 años, con 35 cotizados en la seguridad social. Bien conoce el empresariado, los sindicatos y los gobiernos que con mas de 60 años no se tienen fuerzas para cuidar a persona alguna, no se tienen fuerzas para seguir haciendo camas o fregando baños, no se tienen fuerzas para trabajar la tierra, la industria, el comercio, la hosteleria o el transporte. Bien estamos conociendo cual está siendo el final de las personas mayores en esta pandemia, tenemos que cambiar radicalmente el mundo laboral, de manera que la jornada de 8 h. conseguida por la clase obrera en huelgas desde 1918 pase a 6 h.con un salariobde 1.300 E, mínimo. Con ello se posibilitara el cuidado de muchos seres querid@s, hoy en residencias por no tener tiempo ni economía para ser atendid@s en la familia o en centros con condiciones óptimas y suficiente personal para humanizar los últimos años de quienes nos dieron la vida. Esta pandemia tiene que pasar a la historia porque sus jovenas y jóvenes no tuvieron que emigrar a otros países para tener independencia económica, o sea, salir del paro y poder investigar, y dotar cada día más al sistema para paliar los desastres como el cambio climático, la polución, los grandes incendios, desbordamiento de ríos, desaparición de fauna marina y terrestre, y demás catastrofes que están dejado la madre tierra desertizada y matando a la humanidad. No lo olviden, no lo olvidemos, tenemos que cambiar nuestros haceres y crear un mundo vivible para ello debemos consumir menos, producir menos, poner la vida humana en el centro de todas las agendas y a la par, porque de lo contrario no habrá cambio, tenemos que preservar el Planeta Tierra igual que preservamos las vidas de nuestras hijas e hijos.
Rafaela Pastor Martínez. Presidenta de la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres.