Sras y Sres polític@s, las personas de la Cañada Real también conforman la ciudadanía española, son su responsabilidad del Gobierno y de las CCAA. Controlen los millonarios salarios que perciben las y los asesor@s ejecutivo@s de Indetex, Banca, Realeza y hagan realidad, lo que es posible, incluir en los presupuestos anuales tanto del Gobierno como de las Comunidades, partidas económicas suficientes para que se realicen las obras necesarias hasta hacer desaparecer la pobreza, la miseria y la muerte como consecuencia del hábitat en los que el frio, el calor, la luz, el agua, la vivienda y la alimentación hacen de sus vecinas y vecinos vidas no vivibles, vidas de sufrimiento, miseria, enfermedad y muerte.

Sras y Sres politic@s, barriadas o asentamientos como la Cañada Real pueden visitarlas en todas las comunidades, capitales de provincia y pueblos de este país que gobiernan, incluido el índice de pobreza más elevado en algunos barrios de Córdoba, Sevilla, Málaga y un largo etc. No sigan con sus políticas de facilitar el trabajo, el ahorro y bienestar social a quiénes viven en la Moncloa o Soto Grande.

Como bien conocemos vamos tarde para reparar los daños a la madre tierra que cada vez con más frecuencia tales daños, abusos y abandono posibilitan desde temperaturas gélidas hasta huracanes, desbordamientos de ríos, lluvias…, quiénes pierden la vida en lo que Vds llaman Bienestar Social en estas catástrofes son las y los excluid@s. Nos queda muy poco tiempo para evitar grandes catástrofes, según l@s expert@s en estos temas. Actúen por favor, actúen en pro de la vida de todas las personas. Actúen construyendo hospitales públicos, contratando personal sanitario suficiente (hoy están extenuad@s) para atender pandemias como el Covid 19 y otras que podamos padecer. Prevean reservas suficientes para que no sea excusa ante la muerte, que en general también es la de la población excluidas del sistema social. No sigan culpado a la otra o al otro, no sigan culpando a la ciudadanía, especialmente a la que vive hacinada, sufre el paro, no tiene ordenador ni luz para que sus hijas e hijos puedan hacer sus tareas escolares, el frío las entumece y el hambre las enferma y mata.

Rafaela Pastor Martínez. Presidenta de PALEM