FECHA: 16-06-1998

MEDIO: Diario Córdoba

No sólo planteamos las reivindicaciones que verbalizaron las mujeres en el programa que tuve ocasión de ver el pasado lunes 8-6-98, en el que todas estaban de acuerdo en los logros conseguidos en los últimos años. Hay que decir que estos logros han sido conseguidos gracias a las mujeres feministas, que no en pocas ocasiones han pagado su lucha con el exilio, la cárcel y la propia vida, además de ser tachadas menos de  inteligentes, luchadoras y coherentes de todo. Pues como advertía August Bebel, no cabe duda de que a los hombres les resulta enormemente beneficioso tener una criada en casa gratuita y una trabajadora no competitiva en una fábrica.

A las puertas del siglo XXI la gran mayoría de las mujeres nos sentimos seres independientes y autónomas, tanto que nuestras reivindicaciones no son que nos aplaudan lo bien que cocinamos, lo sensibles o monas que somos, tampoco agradecemos compartir la vida en compañía y no como apoyo al guerrero, eso ha quedado, como decía, para miles de mujeres en la historia, gracias al trabajo y lucha del movimiento feminista.

Sin embargo somos concientes de la sangrante situación que viven las mujeres, no sólo las de nuestro entorno que en 1997 asesinaron a 93, sin que ello provocase las multitudinarias manifestaciones que provocan otros asesinatos. Las que tienen que salir de la casa para trabajar tan en precario que su profesión aún no está recogida en el Estatuto de los Trabajadores, me pregunto si esto será consecuencia de que el 99,99% somos las mujeres las que desempeñamos el trabajo de asistentas del hogar y como es bien conocido en este colectivo, la seguridad social, vacaciones y sueldo justo brillan por su ausencia. Las miles de madres solas (feminización de la pobreza) que tienen que sacar adelante a sus hijas y a sus hijos por que los padres no asumen la responsabilidad y la ley no es lo suficientemente efectiva para erradicar esta injusticia, si hablamos de madres solteras ni tan siquiera la ley, éstas han tenido la osadía de parir fuera de la norma y que se apañen como puedan.

Si analizamos otros colectivos de mujeres nos encontramos con que la Constitución dice que los españoles somos iguales ante la ley, pero ya aquí se manifiesta la discriminación y como consecuencia la invisibilidad del ser mujer, pues somos españolas, ciudadanas, candidatas, etcétera. Pero no sólo la Constitución, las administradoras, las bancas, los medios de comunicación y todo ente que se dirige a la ciudadanía invisibiliza a las mujeres. Esto solo como observación. El hecho es que las mujeres que pueden obtener títulos nobiliarios están a expensas de sus hermanos, las mujeres que quieren ser empresarias intentan abrirse camino, la pregunta por excelencia: ¿está usted casada? No menos tributos tienen que pagar las mujeres en la política donde mayoritariamente tienen que aceptar horarios, propuestas y dedicación plena teniendo que llegar más tarde a casa a cumplir con su deber de madre y esposa, habiendo salido de un parlamento donde la ley del aborto, que es evidente a quienes les repercute, se queda encima de la mesa por que los parlamentarios tienen otros menesteres o consideran que hay otros temas más urgentes que presentar.

Por todo lo anterior y por lo que desafortunadamente Lidia Falcón dice, y tiene razón: “Las mujeres constituimos la clase más explotada y oprimida del mundo. Por detrás de los obreros, de los negros, de los indios y de los mendigos, apaleadas y humilladas por éstos, se hallan las obreras, las negras, las indias y las mendigas”. Las feministas no vamos a callarnos hasta que los derechos de las humanas no sólo sean ley sino hechos.

Rafaela Pastor Martínez

Presidenta Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres