FECHA: 06-09-2000
MEDIO: Diario Córdoba
Asistimos a un tiempo en que las noticias protagonizadas por mujeres han tenido un eco especial en los medios de difusión mundiales, debido en parte a la sesión especial celebrada en Naciones Unidas, en la cual los 190 gobiernos asistentes han informado y evaluado su trabajo en pro de “los derechos y la dignidad humana intrínseca de las mujeres y los hombres”, así como de los objetivos estratégicos establecidos para lograrlo “garantizando la igualdad y la no discriminación ante la ley y en la práctica”, o más específicamente asegurando la revocación de las leyes que discriminen por motivo de sexo. Y de otra parte y en paralelo la constatación de la existencia de un número importante de países donde todavía están en vigor leyes que discriminan a las mujeres.
En estos últimos años ha habido un número significativo de reformas legales en muchos países, entre ellos España. Se han anulado o enmendado leyes discriminatorias o se han establecido otras nuevas que protegen y promueven los derechos humanos de las mujeres. Ha habido también retrocesos significativos de los que el caso más dramático es el de Afganistán, que constituye la discriminación más extrema contra la mujer que se lleva a cabo hoy en el mundo.
No hay duda que las mujeres en los distintos países y regiones tienen diferentes prioridades en términos del cambio social necesario para alcanzar el derecho a la igualdad. A veces esas prioridades no están relacionadas con reformas de discriminación.
En muchos países el aborto es un delito y las consecuencias legales de su práctica recaen exclusivamente sobre las mujeres si se interrumpe un embarazo no deseado, a la vez que existe el peligro propio de los abortos arriesgados e ilegales. En muchos países la prostitución es un delito para las mujeres que lo practican y no para los hombres que las abusan.
En casi todos los países existen leyes, políticas y prácticas que no discriminan explícitamente, pero que en la realidad niegan a las mujeres sin ningún otro recurso, el derecho fundamental a la igualdad.
En nuestro país los avances han sido muy importantes, y las mujeres gozamos de una situación impensable hace tan solo unos años, pero aún arrastramos lacras que nos impiden el disfrute pleno de nuestros logros. En estos días han publicado datos en los medios de comunicación que deben preocuparnos y alarmarnos: la discriminación en el empleo, la violencia continua y el aumento en el número de mujeres asesinadas, el desmantelamiento de redes que trafican con mujeres…
Son situaciones que demandan a gritos que se adopten medidas más contundentes. Y esas medidas bien podrían ir por el camino de las leyes: de un lado instando al gobierno para que cumpla con los compromisos internacionales que suscribe en los temas de empleo, y por otro hablar claramente de la necesidad de una ley integral contra la violencia a las mujeres, en la que se contemplen también el tráfico de mujeres con fines de explotación sexual como una nueva y extrema forma de violencia.
Gabriela Sánchez Aranda
Vicepresidenta Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres