FECHA: 25-08-2004

MEDIO: El Día de Córdoba

 

La representación de la Iglesia Católica en este país no cede ante su demonización de las libertades ciudadanas. Nuevamente leemos en la prensa del pasado 18 de agosto cómo mencionada organización eclesiástica insiste en su cruzada antiabortista. No conseguimos entender tanta insistencia en pro de la vida (que en este caso es solo un proyecto) cuando por otro lado se condena el derecho a ella, obligándonos a las mujeres a seguir siendo sirvas y esclavas del patriarcado, privándonos del derecho a tener una vida digna lejos de aberraciones, palizas, tráfico y esclavitud por el mero hecho de ser mujeres y no aceptar el mandato católico de la sumisión y la pasividad, sin opción alguna para desarrollar toda capacidad intelectual, profesional o humana que poseemos.

Aunque, lamentablemente, además, no conocemos el número de mujeres que tendrían que haber pasado a la historia por sus padecimientos para conseguir los derechos de ciudadanía, como consecuencia de la invisibilización del trabajo y lucha de las mujeres en cualquier campo, sí tenemos conocimiento de algunas de ellas canonizadas siglos más tarde por la propia iglesia. La cifra en los últimos cinco años, sólo en este país, asciende a más de quinientas mujeres asesinadas por el compañero, marido, novio, amante o el ex, lo que fuese, y esto sin contabilizar las violaciones de padres, tíos, primos o cualquier otro individuo a las mujeres y niñas del entorno familiar.

Estamos hablando de mujeres de las que desconocemos sus nombres y que, aún habiendo denunciado a sus criminales, no fueron auxiliadas, hablamos de niñas y niños que presencian el sufrimiento y la violencia padecida por sus madres. No necesitamos más argumentos para exigir que los derechos humanos sean derechos de las mujeres y, por lo tanto, urge arbitrar medidas, legislar y presupuestar para que de una vez por todas el nacer mujer deje de ser sinónimo de obediencia, esclavitud y pobreza.

Desde la Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres confiamos en que con la Ley Integral Contra la Violencia a las Mujeres se puedan dar pasos hacia una educación no sexista, machista y misógina donde por encima de creencias religiosas, ideológicas, políticas o tradiciones prime el derecho a las libertades de mujeres y hombres, sea cual fuese su sexo, orientación sexual, etnia o creencia. Basta ya de hablar de democracias inexistentes cuando se sigue alimentando la alienación e injusticia con más del 52% de la población planetaria que somos las mujeres.

Rafaela Pastor Martínez

Presidenta Plataforma Andaluza de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres.