Pilar Aguilar Carrasco
A propósito del artículo de Judith Astelarra que publica hoy El País
24/11/09
Supongo que, a no tardar, El País publicará alguna tribuna libre defendiendo el antisemitismo (hay judíos que se lo merecen, caramba), o la homofobia (a veces cuesta soportar a esos gays plumeros que van provocando) o el racismo (sospechamos que hay negros que odian a los blancos) o el terrorismo (pues los etarras soportan graves ataques, los pobres).
Cuando eso ocurra (que hasta ahora, en ya larga vida de ese periódico, no ha ocurrido), espero que Judith Astelarra sea coherente con su propio criterio de que “si está en la sociedad ha de expresarse” y anime al debate. Ninguno de los muertos por esas “ideologías” está más muerto que las muertas por el machismo, así es que habrá que aplicarles el mismo rasero.
Sí me extraña que una socióloga crea tan candorosamente que los medios no son una “idílica cancha abierta” donde todos (y todas, sobre todo todas) podemos debatir en libertad e igualdad. Vamos que Bassets va a ir publicando opiniones según le lleguen, aplicando el exclusivo criterio de la calidad literaria.
No es lo que ha ocurrido recientemente en la polémica en torno al decreto sobre las ayudas al cine: El País recogió muchas más opiniones en contra de las medidas antidiscriminatorias que proponen las mujeres que a favor per nunca es tarde si la dicha es buena.
Y respondo a la pregunta que hace Judith: las feministas tememos a los que matan, como mínimo, una mujer por semana. También nos dan bastante susto los que piensan que esos crímenes nos lo ganamos a pulso. Incluso nos dan pavor los que opinan que es un tema discutible y opinable.